domingo, 18 de marzo de 2012

La verdadera educación en Francia


EL PROBLEMA DE LA ESCUELA

Y DE LA EDUCACIÓN EN FRANCIA

Martin MOREAU

Traducido por Jhon Monsalve




Maitreya y sus Maestros de Sabiduría consideran que, si queremos que la humanidad del futuro evolucione en armonía y paz y que la cooperación remplace la competencia en todos los niveles sociales, deberían cambiarse los sistemas educativos y los métodos de enseñanza: por el momento, los progresos en este campo son todavía muy limitados.

Encontramos que en Francia, en junio y julio de 2007, los encargados de la corrección del Examen de Estado (Baccalauréat) recibieron la orden de subir de 2 a 3 puntos las calificaciones de algunos aspirantes (no se precisa el número,) con el fin de lograr que el 80% pasara el examen con nota aceptable, objetivo fijado por el Ministerio de Educación Nacional desde hace unos años. Cuando decimos: “Objetivo: 80% de logro en el Examen”, vemos implícitamente el paso a la excelencia, a los éxitos, a los diplomas. ¡Qué importa el nivel intelectual! Fabricamos bachilleres en masa, de igual forma que el industrial produce una mercancía para el consumismo. ¡Y nos encontramos a estos bachilleres mediocres en la universidad! Se dice que la mayoría de los estudiantes de Letras y otras disciplinas, durante el primer año, están lejos de dominar la escritura en francés (faltas de ortografía y de sintaxis, dificultad para expresar claramente su pensamiento), aunque algunas universidades hayan organizado cursos por niveles… en francés.

En la escuela de Francia, se ha fijado un nivel de rendimiento parecido al de una empresa que trabaja para la comercialización de sus productos y que tiende a una fabricación óptima con el fin de responder a las exigencias del mercado y de mantenerse frente a la concurrencia. Somos partícipes, de una u otra forma, de la mercantilización de la educación, siguiendo el esquema de la economía del mercado. La adquisición masiva de los saberes, que resultan de los programas académicos sobrecargados, es solo una ilustración. La masificación del saber, tanto desde el punto de vista de su distribución como de su cantidad, se hace en el detrimento de su calidad.

El sistema educativo francés no es una excepción. En muchos países industrializados, en Occidente y también en Japón, reina, en la educación, la misma atmósfera de competencia, que obliga a los estudiantes de inteligencia irregular, cuando cada quien tiene motivaciones diferentes y modos distintos de comprensión, a seguir los mismos métodos y a perseguir los mismos objetivos. Así aparece el estrés, la angustia y la desarmonía. Estos niños, cualquiera que sea su origen social o étnico, no nacieron para vivir en una atmósfera de competencia, sino para vivir en paz en su medio y con ellos mismos. Los menos inteligentes y los más frágiles – para los cuales hubo de haber existido una enseñanza pertinente y adaptada- son, entonces, desvalorizados. Ellos se enojan y pueden volverse violentos. Nos adentramos, así, a la formación de la violencia en el medio escolar.

El fracaso de los estudiantes es también el de la escuela. Algunos profesores, prisioneros del sistema – es el sistema el culpable y no los maestros o los profesores-, dejaron de tocar la campana desde hace mucho tiempo y escribieron libros acusadores, como el de Jean-Paul Brighelli, que sostiene que la escuela se vuelve: “La fábrica del inepto”. Es él quien lo dice. Yo, posiblemente, no iría tan lejos. Pero detrás de la duración del propósito, está el deseo de despertar las conciencias y de hacer que las cosas cambien, mostrando que nuestro sistema educativo es inadaptado (ver, entre otros, el ejemplo de los estudiantes que no se desempeñan correctamente en ortografía y sintaxis). Sin embargo, si se crea al inepto, la escuela no es la única responsable de su creación. Los padres dimisionarios, que no se ocupan de su progenitura, llevan consigo una corresponsabilidad. Ellos necesitan educarse a sí mismos. Deberían existir centros de formación continua (gratuitos), abiertos a todos los adultos sin excepción y donde los padres que tienen “lagunas” pudieran ser ayudados, según el caso. De esta manera, ellos adquirirían cierta cultura y terminarían su instrucción educativa.

¿Quién puede negar que la escuela, donde ella se encuentre, cualquiera que sea el país, es la imagen de la sociedad a la cual pertenece? Tenemos la escuela que merecemos. Toda escuela, aunque sea poco organizada, donde exista verdaderamente – algunos países del tercer o cuarto mundo poseen solamente los embriones de lo que se conoce como escuela- refleja la cultura de un pueblo y se encuentra siempre de acuerdo con el modelo social, político y económico del país. Esta refleja siempre la concepción que se tiene del hombre en general y del niño en particular.

La Educación Nacional debe enseñar, pero también educar
En países en que el sistema económico liberal no castiga a ultranza, por ejemplo, Finlandia, cuyo gobierno tiende a ser generalmente centralista o social-demócrata, la escuela es todo un éxito. En este país, se privilegia el niño en el saber. El saber es solo un instrumento. No se busca el primer lugar en las estadísticas, no se establece el nivel al que los estudiantes deben llegar. ¡No se busca llegar a la “cifra” más alta como en una empresa! Existe una personalización de la educación. Los profesores en estrecha relación y colaboración con los padres ayudan a cada estudiante a llegar al estado de persona humana. En esta atmósfera de confianza, de serenidad y de cooperación (lo contrario es la competencia), el niño se responsabiliza por el saber, desarrolla su personalidad y se permite a SÍ mismo realizarse con libertad. Lo que le permite, con las mejores condiciones, ganar en la vida, pero también lograr su vida. La educación debe ser la del saber, pero también la de la vida, donde se aprendan las leyes de la existencia. La escuela debe educar en todo el sentido de la palabra, contrariamente a lo que piensan y creen muchos pedagogos en la misma Francia. ¡La “Educación Nacional”  debe enseñar, pero también educar, como su nombre lo indica! ¿No?

Cuando los gobernantes tengan otra concepción del niño, una idea más amplia de la dignidad de su persona, cuando ellos admitan que cada individuo viene al mundo como alma, con cierto nivel de desarrollo y de evolución, con una herencia distinta a la de su prójimo, una herencia que viene de una encarnación precedente, entonces todos los problemas de la educación serán resueltos. Se comprenderá entonces –la antigua idea de la rencarnación aún no sería más que a título de hipótesis- que un niño viene a la tierra, para desarrollar todo su potencial en lo físico, emocional, mental y en lo espiritual. He aquí la necesidad de comprender este fenómeno para no contrariar su proyecto de vida ni los propósitos de su alma. Es por esta razón que las enseñanzas y los aprendizajes deben adaptarse a cada caso en particular, en función del desarrollo de cada quien. Esto no es una utopía. Es perfectamente realizable (veamos el caso de Finlandia). Una transformación como esta corresponde precisamente a lo que desean Maitreya y todos los Maestros que lo acompañan.

Personalización de la educación

Si eligiéramos ocuparnos de cada uno de los estudiantes, las antiguas estructuras educativas desaparecerían. Para esto, habrá que otorgar a los profesores –cuyos resultados deberían aumentar y no disminuir- una formación bien especializada en pedagogía y en sicología. En Francia, por ejemplo, hubo muchos errores cometidos por pedagogos “Iluminados”. Por ejemplo, la adopción del método global de la lectura, hace cuarenta años, que por fin acaba de abandonarse, fue una gran catástrofe para la cultura nacional. ¡Debido a ella, entre el 30% y el 40% de los  estudiantes que llegan a sexto grado no saben leer correctamente! En cuanto a la sicología, en Francia como en otras partes, solo está en sus balbuceos. Esta se ocupa solamente del siquismo. Se centra en la personalidad e ignora lo que hay dentro. Debería volverse la sicología del alma, pues de lo contrario la enseñanza no podrá ser correctamente personalizada. La escuela finlandesa está sobre la vía. En un contexto de personalización de la educación, la necesidad del cambio en las estructuras económicas –si no se hace desde ya- se impondrá por sí mismo. Para responder a estas exigencias, habrá un balance apropiado al servicio de una política social generosa, basada en el principio del compartir, y no de la competencia y la concurrencia. Todo esto quiere decir que una escuela donde la persona humana es la prioridad y donde cada individuo es valorizado no podrá cohabitar más en nuestro sistema económico liberal actual, pues en él reina la ley de la selva.

La educación y personalización deberían cubrir el conjunto de la humanidad. 121 millones de niños en el mundo no van a la escuela. Toda persona tiene derecho a la educación (artículo 26 de la Declaración universal de los derechos humanos). Es pues indispensable que los países ricos ayuden a los países pobres a desarrollar su sistema educativo, cediendo los medios financieros necesarios para tal empresa. La retracción de la ignorancia permitirá construir un mundo nuevo donde reinen la paz, la justicia y la libertad.

martes, 13 de marzo de 2012

Apuntes sobre fonología y fonética españolas


APUNTES SOBRE FONOLOGÍA Y FONÉTICA ESPAÑOLAS
Jhon Monsalve

Voy a intentar ser claro para que sorprenda a su profesor con la transcripción fonológica y fonética del español. Los siguientes son mis apuntes ordenados del curso de Fonética Española en la universidad. Tomé mi cuaderno, los transcribí y aquí los dejo.



Fonología: Entiéndase que cuando hablamos de fonología hablamos de lo IDEAL en la lengua. Todos sabemos que la lengua varía diacrónicamente (a través del tiempo), diatópicamente (según el lugar), diástráticamente (según la posición social) y diafásicamente (según el contexto, el estilo o registro). La transcripción fonológica es mucho más fácil que la fonética, pues representa lo ideal de la lengua y no sus variaciones. Hay que tener en cuenta los siguientes puntos para una correcta transcripción fonológica:
      ·         La información debe transcribirse entre barras: / una al comienzo y otra al final /.
·         Los acentos de todas las palabras se grafican con tildes.
·         Debe transcribirse en una cadena hablada. Es decir, no puede transcribirse en un renglón una sola palabra del enunciado y cerrarla con barras. Si se trata de transcribir textos muy extensos se usa una especie de comas que indican pausa.
·         Todo lo que suene se transcribe.
·         Lo que no suene no se transcribe. No es que porque sea lo ideal agreguemos sonidos donde no los haya. Por ejemplo hay gente que dice pa’ apocopando la preposición, y el transcriptor cree que como es lo ideal dela lengua debo transcribirlo correctamente: Para. Y no: lo que no suene no se transcribe.
·         Lo único de cuidado en la fonología son los archifonemas, un elemento de neutralización de fonemas (más información en: http://www.livingspanish.com/fonema-archifonema.htm). La R y la N se ponen en mayúscula siempre y cuando terminen una palabra o una sílaba.
He aquí una tabla de fonemas:




Fonética: Si en la fonología se transcribía lo ideal, en la fonética se transcribirá lo REAL. ¿Cómo hablamos? Las formas reales como pronunciamos las consonantes y las vocales se ven representadas en una transcripción de este tipo. Aquí nos encontramos con  un nuevo término: Los alófonos, que son las variaciones de un fonema sin que interfiera en la función que tiene este en la palabra ni en lo semántico de la misma. Aquí se deben seguir pasos semejantes a los de la transcripción fonológica:

·         La información debe transcribirse entre corchetes: [ uno al comienzo y otro al final ].
·         Los acentos de todas las palabras se grafican con tildes.
·         Debe transcribirse en una cadena hablada. Es decir, no puede transcribirse en un renglón una sola palabra del enunciado y cerrarla con corchetes. Si se trata de transcribir textos muy extensos se usa una especie de comas que indican pausa.
·         Todo lo que suene se transcribe.
·         Lo que no suene no se transcribe.
·         En contacto con nasales (m, n, ñ) las vocales llevan sobre sí una línea curva  parecida a la de la eñe (ñ).
·         Cuando la i y la u sean semivocales en un diptongo, llevarán en su parte inferior una especie de gorrito ^. “El repertorio tradicional de diptongos del español se ha establecido a partir de la clasificación de Navarro Tomás (1918: § 66), para quien existen ocho diptongos crecientes: [ a], [ e], [ o], [ u], [ a], [ e], [ i], [ o]; y seis decrecientes: [a ], [a ], [e ], [e ], [o ], [o ]” (en línea: http://elies.rediris.es/elies4/Cap5.htm).
·         Hay que prestar atención a los alófonos de n, l, b y d, que varían en contacto con algunas consonantes. A continuación, le presento una imagen con los alófonos de n.
·         Entenderá que los fonemas, y más cuando son alófonos, son muy complicados de escribir en medio digital. Sin embargo se encuentran algunos, y los que no, sin embargo, los describo:
-          Alófonos de “d”: para después de nasal y en inicio se usa en fonema [d] y para intervocálicas y en dra, dre, dri, dro, dru, se usa una d, algo ladeada a la derecha, con una línea en el medio de la línea que sobresale.
-          Alófonos de “b”: para inicial y después de nasal se transcribe [b] y para intervocálicas y bra, bre, bri, bro, bru, se usa una B como la beta.
-          Alófonos de “l”: En contacto con dentales (t y d) se transcribe la l y bajo esta una coma. En contacto con interdentales (en la fonética del español de España) se transcribe la l y bajo de esta un punto.
·         Por último, hay que tener presente las vocales abiertas en sílabas cerradas o trabadas, es decir, en sílabas en que la vocal queda en medio de dos consonantes. Cuando ocurra esto las vocales se transcriben de la siguiente forma:
 [ɛ] para la vocal “e” en vocal cerrada o trabada.
 [ɔ]  Para la vocal “o” en vocal cerrada o trabada.
       [I] Para la vocal “i” en vocal cerrada o trabada.
De esta manera doy por terminado este artículo en el que recopilo mis apuntes de fonología y fonética españolas. Tenga presente que los estudios al respecto son vastísimos y que se han propuesto fonemas para cada variación de la lengua española. Este es solo un brochazo para dar a conocer el panorama de un tema que importa mucho y muy poco se estudia.
ESPERO SUS COMENTARIOS.

sábado, 10 de marzo de 2012

Universidad Industrial de Santander: Reformas, bombas y fiestas

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER:

REFORMAS, BOMBAS Y FIESTAS

9 de marzo de 2012

Jhon Monsalve

Foto por Jhon Monsalve


Información preliminar: El siguiente texto es la recopilación de opiniones que se han dado en la Universidad en torno a los últimos acontecimientos. No estoy en contra ni a favor de los unos ni de los otros. Simplemente, pongo las distintas perspectivas para generar algún tipo de reflexión sobre el asunto. El autor del texto no soy yo, somos todos, que, por una u otra causa, pensamos y no expresamos.

Una de las mejores ponencias en aquellos tiempos, ya remotos, de estudio de la Reforma de la Ley 30 fue dada por un docente del que no conozco ni el nombre. Y afirmo esto porque defendió de manera magistral el hecho de que, si aceptábamos la Reforma como nos la proponían, la educación dejaría aun más la criticidad de lado y los estudiantes nos volveríamos cada vez más mudos. Y es eso, precisamente, lo que el Estado quiere: taparnos la boca, los ojos, caparnos, echarnos al río de la pobreza, de la miseria corporal y mental. ¡Claro!: si no pensamos la situación del país, si la universidad no da las armas para defender nuestros derechos, entonces se volvería esto el paraíso de unos pocos que aplastan a la multitud entera y bruta, tullida y tonta.

Menos mal que echamos para atrás ese proyecto. El pueblo se une y vence y luego se olvida, paradójicamente, de su triunfo. Las movilizaciones las hacemos los jóvenes: los cambios sociales corren por nuestra cuenta. Recuerdo que marchamos miles de estudiantes en Bucaramanga, que gritamos “Abajo la Reforma de la Ley 30”, que llevamos pupitres, que sudamos por un ideal: no dejar que el Estado acabara con lo poquito que nos quedaba. Y es que nos queda muy poco. La capacidad crítica desaparece día tras día junto al avance nada paulatino de la tecnología. Estamos incrustados en el televisor, en el computador, en los videojuegos, en el Blackberry, en el Iphone, en los libros inservibles, en los problemas familiares y personales que nos inventamos. Estamos olvidando nuestro deber social y nuestra razón: ya casi ni pensamos.

Soñamos con graduarnos para ganar dinero, para ser mejores que los demás, para pisar al que sea y cuando sea, para mirar por encima del hombro, para sentirnos dioses capaces de todo con todo el dinero del mundo. Queremos no un trabajo sino tres, porque hoy en día hay mucho gasto. Queremos un carro, una casa en Cabecera o en Cañaveral, una moto de esas grandes, la mejor tecnología y un par hijos para darles lo mejor, para enseñarles que deben estudiar solamente con el fin de volver más ricos a los suyos. Y el país se nos olvida, y el Estado se aprovecha.

Ese es el pensamiento del universitario de hoy. Es decir, ya casi se acaba, sin necesidad de ley impuesta, lo que aquel profesor quería proteger: la criticidad del universitario. Con copas y vino el Estado celebra el avance tecnológico y nuestra estupidez. Además de tontos somos hipócritas: marchamos y defendimos, peleamos y ganamos, y luego nos olvidamosdel triunfo. ¿Pero por qué? ¿Acaso marchamos porque era paro, y en paro descansamos y dormimos más? ¿Acaso alzamos pupitres porque nos dijeron “Vamos” y nosotros fuimos como ovejitas? ¿Acaso no leímos la Ley 30 ni la estudiamos? ¿Acaso era la adrenalina del momento y el olor a natilla? ¿Acaso queríamos que se cancelara el semestre para comenzar de cero lo que, por borrachos, perdimos? ¿Acaso todo lo tomamos como un juego?

Una cosa debo recordarles: marchamos porque no nos tuvieron en cuenta para la elaboración del Proyecto de Ley, y hoy no estamos siendo consecuentes con nuestros actos. Ya se abrieron los espacios y nosotros como si nada, como si no tuviéramos velas en ese entierro, como si nos laváramos las manos y dijéramos:“Eso se lo dejo a los que saben; total, siempre son los mismos los que opinan”.Pero explíquenme por qué somos tan hipócritas. ¿Si no íbamos a participar en la propuesta alternativa, para qué marchamos entonces? ¿O es que nos da pereza? ¡Qué tristeza darnos cuenta de que no podemos confiar en nosotros mismos!

Llega el día de la propuesta y los profesores dan el espacio de su clase para que vayamos a participar, pero ni nosotros vamos ni ellos van. Esto es tarea de todos, y todos nos volvemos Pilatos. Vi más de 8000 personas unidas por un mismo ideal y veo cerca de 100 verdaderamente comprometidas. ¿Dónde está el resto? Fácil: se fueron a tomar cerveza porque no hubo clase. Se fueron a estudiar para el examen de la otra semana. Se fueron a adelantar un trabajo. Se fueron a perder el tiempo frente al computador. Se fueron para siempre como su carácter y su sudor, como su valor y el ánimo de defender la U pública. Se fueron todos dejando el recuerdo tenaz de su hipocresía y el olor a cobardía y pereza en la ausencia.

Ahora bien, debo confesar que si 100 no se ponen de acuerdo, 8000 harían un caos. Los ideales siempre terminan mal. Recuerdo que en una olla comunitaria (hecha, en aquellos tiempos remotos, cuando acampábamos en la universidad) había todo menos comunidad. Se presentaban los mismos problemas que en el capitalismo: los preferidos tomaban los escasos pedazos de carne, los amigos comían primero, los platos eran usados por los compañeros más allegados y los demás hacían una fila chueca que parecía una orgía de hambruna, en espera de que alguien desocupara su plato babeado para poder tomar sopita de manos puercas… Se peleaban, se gritaban que “Yo iba primero, hijueputa”. Un ideal como el comunismo bajo los imaginarios de nuestra sociedad capitalista sería un caos, parecido al del ideal de que se reunieran 8000 a discutir qué se cambia o qué se deja en la propuesta del Proyecto de Ley 30. Entonces, pues sí: dejemos que los que conocen más del tema hagan sus propuestas; somos conscientes de que si no vamos, corremos con el riesgo de que la decisión tomada no sea de nuestro agrado. ¡Claro!, y ellos son los que de verdad deben encargarse de eso, pues son mucho más inteligentes que nosotros. Ellos sí se toman la universidad en serio. ¿No los ve colgados en los letreros de la universidad? Ahora van a representarnos ante el Consejo Académico y Superior y ante el comité de Bienestar Universitario y de Matrículas.

Otra cosa: a los de extrema izquierda no los veo participando en la propuesta alternativa, ¿cuáles serán sus argumentos? ¿Acaso no se unían y cantaban en un grupo bien diferenciado que “Abajo la Reforma y el gobierno neoliberalista de Juan Manuel Santos”? ¿Será que sus egos altos no los deja aceptar otras propuestas? ¿Acaso ya tienen una para cuando la derecha se muera?: Que todos alabemos al Che, que lo estudiemos, que le hagamos poemas y dibujitos, o que digamos todo el tiempo: “El que no ama a Mao, no ama la revolución”.

¿Y los detonantes de hace unos días? Eso venga de donde venga no tiene justificación. ¿Por qué la universidad no evacuó a los estudiantes (como cuando se formaban los tropeles con el ESMAD dentro de la institución) si había el peligro de que el detonante que explotó no fuese el único? ¿Para qué está la alarma? Menos mal no pasó a mayores, pero podrá pasar. Que fueron los de izquierda, que fueron los directivos, que fue el mismo Estado que mandó a un policía o a un celador a poner la bombita en ese lugar. No sabemos, ni lo sabremos nunca, porque las cámaras no dan para tanto. Por la seguridad de todos nos llenaron de policías nuevamente, y por la seguridad de todos empezarán a revisar bolsos porque usted o yo podemos ser los terroristas… uno nunca sabe cuándo, por ahí distraído, le metan una bomba en el bolso…

Pero dejemos de echarle la culpa a la universidad y al Estado y aceptemos que a veces los de izquierda también abusan. Para ellos, todas sus nubes son correctas y están bajo unos argumentos que defienden a capa y espada, la gente voltea la cara y los ignora y los encierra en manicomios de imaginación. ¿Por qué nos vamos a los extremos? ¿Es que acaso no podemos pensar como revolucionarios u optar por seguir ideologías del sistema, según el caso o el contexto? Los de izquierda quieren un país mejor, según sus ideales, pero a veces se les pasa la mano, como pudo suceder con la bombita… Pues, si no lo saben, les contamos: ¡Sonó más fuerte de lo que imaginaron!

Se aproxima el final del semestre y, ahora más que nunca, pensaremos solo en nosotros. Los demás que se defiendan como puedan. Nos olvidaremos de la universidad y de sus problemas (Feliz cumpleaños, UIS). Olvidaremos votar el 23. Dejaremos a otros nuestras obligaciones de universitarios y ciudadanos, y los profesores estarán ahí apoyándonos mucho. Ah, ¿y quién presta el sonido a los que hacen propagandas sobre el “Fin del Mundo”? “Después de las 12 se acaban las reglas”.